Título: La Comunidad del Anillo (The Fellowship of the Ring)
Autor: J. R. R. Tolkien.
Año de edición: 1954
Época literaria: siglo XX
Género: novela
Tema: aventuras, fantasía.
Valores: amistad, lealtad, valor, esfuerzo.
“—¿Desesperación, o locura? —dijo Gandalf—. No desesperación, pues sólo desesperan aquellos que ven el fin más allá de toda duda. Nosotros no. Es sabiduría reconocer la necesidad, cuando todos los otros cursos ya han sido considerados, aunque pueda parecer locura a aquellos que se aferran a falsas esperanzas. Bueno, ¡que la locura sea nuestro manto, un velo en los ojos del Enemigo! Pues el Enemigo es muy sagaz, y mide todas las cosas con precisión, según la escala de su propia malicia. Pero la única medida que conoce es el deseo, deseo de poder, y así juzga todos los corazones. No se le ocurrirá nunca que alguien pueda rehusar el poder, que teniendo el Anillo queramos destruirlo. Si nos ponemos esa meta, confundiremos todas sus conjeturas.
—Al menos por un tiempo —dijo Elrond—. Hay que tomar ese camino, pero recorrerlo será difícil. Y ni la fuerza ni la sabiduría podrían llevarnos muy lejos. Los débiles pueden intentar esta tarea con tantas esperanzas como los fuertes. Sin embargo, así son a menudo los trabajos que mueven las ruedas del mundo. Las manos pequeñas hacen esos trabajos porque es menester hacerlos, mientras los ojos de los grandes se vuelven a otra parte.”
Cuando empecé a leer por primera vez El señor de los anillos, pudo conmigo. Tendría unos quince años y estaba en plenos exámenes finales. Tuve poca paciencia y, tras la cuarta canción que entonaron los hobbits en el bosque, cerré el libro. Hasta este verano.
Una de las cosas que me motivó para volver a él, fue la lectura de El Hobbit, tras la reseña que hizo de él Verónica. La primera frase del libro, tan sencilla y expresiva, -“In a hole in the ground there lived a hobbit1”.- me cautivó. He de decir también que El Hobbit es más ligero que El Señor de los Anillos, pero la complejidad de la narración de este último hace más interesante la lectura.
La trama, que en un principio parece sencilla (no deja de ser un viaje), se irá complicando conforme avanza el camino. A medida que Frodo se aleja de la Comarca, Tolkien va elaborando un mundo completamente nuevo y sugerente. Cada personaje, cada pueblo, tiene detrás una historia contada a través de rendijas: conversaciones, canciones, leyendas… Las motivaciones personales de los personajes, su pasado, su cultura y su distinto modo de pensar y actuar -incluso de hablar- se entretejen en la historia principal: Frodo debe llevar el Anillo Único al monte del Destino para derrocar por siempre el poder oscuro de Sauron. Esta historia se desarrolla en una trilogía, de la que La Comunidad del Anillo es el primer volumen. En él se relata cómo se encuentran los protagonistas sobre cuyas espaldas recae la tarea de escoltar a Frodo en su misión, y sus historias nos acompañarán hasta el final.
Esta trilogía no sólo resulta interesante por su trama (que es entretenidísima) sino también por la forma de narrar de Tolkien, que usa leyendas, diálogos, narraciones, descripciones, canciones…, para introducir al lector en un mundo extraordinario, complejo y nuevo. Todo el que quiera escribir novela o relato fantástico, incluso de aventuras o de viajes, debería tener en su lista de lecturas imprescindibles “El Señor de los Anillos” de Tolkien.
Lourdes G. Trigo.
- En un agujero en el suelo, vivía un hobbit.